Mientras que mamá y la tía cocinan y para empezar con la onda relax (ni ellas creen que eso va a funcionar), nos pusieron una peli para ver. La tranquilidad duró hasta después del almuerzo, ahi comenzó la maratón para bajar la comida.
Quien diría que con estas caritas de ángeles podemos llegar a quedar de un minuto a otro como locos, jaja
sábado, 29 de agosto de 2009
Un minuto de paz
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