domingo, 7 de junio de 2009

Estuve en las Cataratas

El fin de semana viajamos con mis papás a Iguazú para ir a las Cataratas.
El viaje estuvo muy lindo. Salir de casa nos llevó a probar nuevas experiencias por ejemplo cambiarnos los pañales en la banquina después de cruzar Eldorado a las 8:00 de la mañana u organizar uno de mis "tea-parties" en el asiento de atrás para los selectos invitados que llevamos de viaje, estas actividades por supuesto nos ayudaron a hacer mas llevadero el viaje.




Apenas llegamos con mamá fuimos a visitar Güirá Oga, un lugar donde hay muchos pájaros en recuperación y otros bichos. Me entretuve saludando a todos (bichos y humanos) y, mientras el guía hacía las explicaciones en inglés, me dediqué a juntar piedritas, semillas y muchos etcéteras.



Cuando nos reencontramos con papá fuimos a almorzar a Foz de Iguacú a una parrilla que me hizo acordar de las vacaciones en Santa Terezinha: mucha gente me saludó y varias señoras se ofrecieron de abuelas honorarias (Nota del Padre: justo coincidimos con una excursión del PAMI y encima a Juliana se le ocurrió hacerles morisquetas a las turistas, así que se le vinieron al humo, parece que sufrían de abstinencia de nietos!).

Después de la comida, directo a las Cataratas para hacer el Recorrido Inferior. Yo por supuesto andaba suelta por las pasarelas: no quería que me alcen, ni que lleven de las manos. Yo soy una nena grande y había gente: no quería que piensen que soy un bebé.

Posando frente al Centro de Interpretación




Me encantó ver los saltos de agua y les expliqué a mis papás como funciona todo: las pasarelas, los árboles, las mariposas, el agua. Hasta me hice un tiempito para revisar los bulones de las pasarelas! Otra que ISO9001, dejen que yo me encargo!




Volví al hotel durmiendo en el auto, estaba cansadísima. Pero en cuanto llegamos a la cabaña me desperté con las baterías de nuevo al 100%, asi que decidimos salir a cenar y recorrer un poco la ciudad.

Al otro día, después de un super desayuno en la cabaña, nuevamente pusimos rumbo a las Cataratas, esta vez para ir a la Garganta del Diablo. Así que nos tomamos el trencito (me encantó!) y previo saludo a toda la tripulación y pasajeros del tren, encaramos la larga pasarela.


Llegar a la Garganta, ver las cascadas y que mis ojos se me salgan de la cara fue todo una sola cosa: quedé muy impresionada con el paisaje. Para completar nos sobrevolaron pájaros y mariposas y nos cruzamos con senderos de hormigas gigantes, asi que salí maravillada de mi visita al Parque Nacional.












Les recomiendo a todos la visita, y si pasan por Posadas me pueden llevar de guía!
Un besito para todos.

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